Si has llegado hasta este blog es porque, probablemente quieres conocer algo más sobre el Trastorno Límite de la Personalidad. Tal y como defiende la Asociación Americana de la Psicología en su Manual de “Trastornos Mentales”, el Trastorno Límite de la Personalidad o Trastorno de la Personalidad Límite se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los denominados trastornos emocionales o erráticos-dramáticos.
En este caso, encontramos inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos. También se caracteriza por impulsividad intensa que se inicia en las primeras etapas de la edad adulta. Para considerar la existencia del Trastorno Límite de la Personalidad, se deben manifestarse cinco (o más) de los siguientes hechos:
- Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginario.
- Relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizadas por una alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
- Alteración de la identidad.
- Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (sexo, drogas, alcohol…).
- Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio o automutilación.
- Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo.
- Sensación crónica de vacío.
- Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira.
- Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.
Es muy importante saber que, en el caso del Trastorno Límite, así como en cualquier otro trastorno o problema psicológico, el “autodiagnóstico” es un error en el que no se debe caer. Conocer lo que nos rodea es un aspecto muy importante, así como interesarse en las posibles patologías que se pueden sufrir, sin embargo, resulta primordial la asistencia a un experto para corroborar la existencia o no de este o cualquier otro problema. Además, la asistencia a psicoterapia no solamente facilitará el saber qué ocurre (o si existe o no un Trastorno Límite de la Personalidad), sino también permitirá obtener estrategias para saber cómo actuar para mejorar la situación. De manera general, el Trastorno Límite de la Personalidad requiere tratamiento farmacológico, así como psicoterapia individual o grupal dependiendo de cuáles sean los objetivos establecidos.
Resumiendo: el Trastorno Límite, presenta unas características determinadas que en ningún caso deben ser una fuente de diagnóstico si no eres un profesional, solamente, tómalo como una mera información más. Recuerda que la mejor opción siempre será asistir a terapia con un experto, ¡él te dará la verdadera solución!