La calidad del entrenamiento

La calidad del entrenamiento es un elemento considerable a la hora de valorar la eficacia de estos. Para que un entrenamiento deportivo pueda llegar a establecer sus metas, no basta con dedicarle muchas horas.

¿Por qué con el mismo tiempo de entrenamiento y deportistas de nivel similar, algunos entrenadores obtienen mayor beneficio que otros? Sin duda, la diferencia es clara: la calidad del entrenamiento es un factor fundamental que distingue a los mejores entrenadores.

Un buen ejercicio para la potenciación de la calidad de los entrenamientos es el de planificar adecuadamente, los diferentes periodos de la temporada y cada sesión en particular, empleando conceptos y estrategias que formen parte de la teoría y procedimientos metodológicos actuales. Para ello, el entrenador debe estar en continua formación.

El primer paso para aumentar la calidad: la organización.

Un entrenador debe establecer unas rutinas de funcionamiento, para organizar eficazmente las sesiones. Con este objetivo, debe decidir las siguientes cuestiones:

  • ¿Cuál debe ser el horario establecido para entrenar? ¿Con cuánta antelación deben llegar los deportistas a los entrenamientos? ¿A qué hora deben estar vestidos y preparados para comenzar a entrenar?
  • ¿Cómo va a empezar el entrenamiento? ¿Con una charla previa? ¿Los deportistas empiezan a calentar de manera autónoma establecida previamente? ¿Los deportistas han de esperar al entrenador para empezar?
  • ¿Quiénes son los encargados del material del entrenamiento? ¿Quién se encarga de sacar los balones, raquetas, porterías, conos, postas, etc.? ¿Quién los recoge al finalizar la sesión? ¿Quién es el encargado de que el vestuario quede en óptimas condiciones?
  • ¿Qué ocurre si un jugador se lesiona? ¿Qué se debe hacer?
  • ¿Qué hace un deportista si llega tarde? ¿Calienta? ¿Se incorpora al grupo? ¿Espera a habar con el entrenador?

También es conveniente que se regulen cuestiones como que los deportistas tengan que pedir permiso para abandonar un entrenamiento, la ropa deportiva que deben traer, el tipo de comportamiento que tienen que tener entre ellos (de respeto, concentración den el entrenamiento, estar en silencio y concentrados), el tipo de relación que deben tener con aquellos que van a observarlos en el entrenamiento (padres o amigos, por ejemplo que no se puede hablar con ellos durante las sesiones del entrenamiento) y cualquier otro aspecto que sea relevante para el buen funcionamiento de la sesión.

La calidad del entrenamiento medida en objetivos

Durante cada sesión, el entrenador debe decidir los principales objetivos de entrenamiento. En función de éstos, seleccionar los contenidos y ejercicios de la sesión, teniendo en cuenta el tiempo disponible, las cargas físicas y las cargas psicológicas que considere oportunas.

Antes de comenzar la sesión de entrenamiento, es conveniente que el entrenador se dirija a sus entrenados y les comunique los objetivos prioritarios de cada sesión. Esta actividad puede desarrollarse en el campo de entrenamiento o en el vestuario.

La calidad del entrenamiento: suma de la calidad de los ejercicios

Los ejercicios de los entrenamientos deben organizarse en función de las metas que persigan. También dependerá de la duración de las sesiones del entrenamiento. Estos deberán ser lo suficientemente extensos como para que a los deportistas les de tiempo de asimilar, aprender e interiorizar los conceptos y contenidos del ejercicio. Estos no deberán ser demasiado largos ya que podríamos aumentar la fatiga y el aburrimiento del deportista, siendo peor su concentración y, como consecuencia, disminuyendo el rendimiento y aumentando el riesgo de aparición de lesiones.

Teniendo en cuentas los factores motivacionales, aquellos ejercicios que resultas más atractivos para los futbolistas pueden durar más tiempo que aquellos que se consideran menos interesantes. De la misma manera que  se debe controlar la carga física, también deben controlar la carga psicológica del entrenamiento. De esta forma se obtendrán los siguientes beneficios:

  • Se aprovechará el entrenamiento para desarrollar los recursos psicológicos, para luego ponerlos en práctica en competición y en la vida extradeportiva.
  • Soportar mejor la sobrecarga física del entrenamiento
  • Llegar en mejores condiciones psicológicas a la competición.
  • Asimilar mejor los conceptos del entrenamiento.
  • Mejor recuperación de unas sesiones a otras.

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