Un equipo, cuyos componentes tienen 10 años o menos, de cualquier deporte base, siempre son los equipos más formativos y en los que más hincapié tenemos que hacer. Ya que de ahí saldrán los grupos que conformaran los deportistas que tendremos en las categorías superiores.

Los valores, las enseñanzas, las relaciones que se forjen en la base van a ser cruciales para encontrarnos unos jugadores formados tanto deportiva como personalmente.

Los profesionales que estén al frente de estos grupos tan bonitos y tan complicados a la vez, tienen que ser conscientes de todo lo que hemos comentado anteriormente, y sobre todo de la importancia de saber gestionar un equipo de manera efectiva y eficaz. Se tiene que tener consciencia a su vez que los caracteres y los estilos de personalidad se están forjando en esas etapas y hay que estar muy atento del lenguaje y las formas en la que nos comunicamos hacia los chicos.

¿Qué nos podemos encontrar al estar al frente de un grupo?

Uno de los principales problemas que vamos a tener en el horizonte y que más debemos saber gestionar, es el ansia y la necesidad que tienen los deportistas de ser titular en los partidos. Para no generar conflictos y, sobre todo, para que sepan gestionar esa ansiedad, te aconsejamos que antes de empezar a entrenar un equipo sea cual sea, expliques las normas, hazlo pausadamente y siempre pregunta si les ha quedado claro. Comenta las normas que sean importantes para ti, entre las que se deben encontrar  la norma de que todos van a jugar el mismo número de minutos , sin importar el partido ni la clasificación. Al tu dejar esto claro los deportistas se van a concentrar primordialmente en aprender lo que tu les enseñes sin necesidad de estar nerviosos por jugar y ser titulares.

Es importante que vayas rotando y no siempre sean titulares los mismos deportistas, lo que se conseguirás con esto es aumentar la motivación de estos y la concentración. Una vez tengas claro este conflicto otro que puede surgir son los conflictos interpersonales, niños que tengan problemas con compañeros y les afecten a la hora del rendimiento deportivo y personal . Tu misión aquí es evitarlos, hablarlos y, sobre todo, prevenirlos.

¿Cómo puedes prevenirlos?

Fomentando la igualdad. Es adecuado, para gestionar un equipo, que no muestres más afecto por un niño que por el resto, ya que son un grupo pequeño y estos actos se notan. Los niños se fijan en esas actitudes y pueden llegar a surgir roces entre ellos que provoquen individualidades y nazcan egos que afecten a la práctica deportiva y a el rendimiento del equipo y sobre todo al su autoestima al compararse con el resto y no poder sentirse cómodos dentro de su propio equipo.

También puedes prevenirlo fomentando el trabajo en equipo, con múltiples dinámicas que hagan surgir la cohesión, de igual manera elogiándoles a todos por igual.

El capitán tiene que ir rotando todas las semanas así evitarás que este “título” se convierta en una fuente de conflictos, por lo tanto te recomendamos que vayas rotando todas las semanas así propiciarás también la motivación entre los deportistas.

Prepara a tu equipo para los cambios

En estas categorías es muy común que los deportistas fallen a partidos o entrenamientos por múltiples razones, el resto del equipo no debe asustarse por estos cambios, ni cambiar su estado emocional ni psicológico frente a esto, tu equipo debe mantenerse como si no hubiera pasado.

¿Cómo consigo que esto pase? Haciéndole hincapié a cada deportista que es tan importante, para gestionar un equipo,  como el otro, con esto consigues que cualquier ausencia pueda convertirse en una fuente de motivación para querer sacar el partido o el entrenamiento adelante todos  juntos.

Ayúdales también a gestionar las emociones dentro de los entrenamientos y en los partidos para que puedan extrapolarlas a su vida diaria.

Se transparente con ellos, así evitarás confusiones, ten una conversación, si has de tenerla, con cada uno de ellos que te pregunte ¿Por qué no? o ¿Por qué si?. Explícales con calma las situaciones a las que se enfrentan y sus adversidades y sobre todo déjales claro que tu estás para ayudarles y guiarles y pueden contar contigo en cualquier circunstancia. Tienes que crear un ambiente de confianza hacia ti para que puedas entenderles y no enfadarte con ellos si no lo haces.

Ayúdales a respetar al rival, ayúdales a no identificar enemigos en posibles compañeros de equipo en un futuro,  a hacerles entender que son todos niños y están en el campo o en el terreno para disfrutar y aprender. Háblales de los rivales como personas que buscan el mismo objetivo que ellos, que es aprender a jugar al fútbol. Trabaja de vez en cuando la imagen del rival para que les ayudes a gestionar las competencias que puedan surgir.

Es importante que seas un líder en tu equipo para gestionar un equipo, una persona a la que los deportistas le tengan respeto y te sigan porque confían en ti, porque tu has trabajado esa confianza y has creado unos vínculos entre los jugadores y tú. Es importante que seas un líder y no un jefe.